Camino a la perfección...





Puede decirse que soy seguidora de la perfección, pero en realidad yo no la sigo simplemente la aplico, guardando todo ese dolor que alguna vez llegue a sentir o sigo sintiendo, este es mi espacio de secretos, mi rincón cibernetico en donde narrare mis historias sobre ana y mia...en donde encontrare sanación y desahogo, no leeré criticas ni las contestare...es mi historia, es mi vida y así continua esta serie de eventos afortunados o desafortunados para otros yo simplemente escribiré para sentirme bien y tener motivación respecto a mi anorexia, con la cual pretendo vivir hasta que crea que es suficiente...



miércoles, 26 de diciembre de 2012

Me como a mi parte 2...


¿Qué es la anorexia?
Es un desorden alimenticio o un estilo de vida, según se lo quiera ver, o según se lo viva. Depende. Bueno, vayamos a lo que dicen los libros.
Anorexia es un desorden alimenticio en el cual una persona intencionalmente pasa hambre o restringe la comida que come aunque se siente hambriento, porque quiere llegar a llegar a algún peso en especial o quiere mantener el peso que es menor de lo considerado "normal". La persona se verá gorda aunque muchas de las chicas están en bajo peso, por debajo de la línea de lo normal o incluso desnutridas.
La anorexia usualmente comienza como una dieta para perder algunos pocos kilos, aunque la persona ya es flaca. Una persona con Anorexia puede no ver que está en un problema en su comportamiento. La dieta se convierte en obsesión y la persona puede desarrollar rituales con la comida tales como cortar en partes muy chicas o pesar la comida antes de comerla. La anorexia hace trucos en la mente y se convierte más y más controladora en cuanto el tiempo pasa. Los chicos de muestran signos de perfeccionismo tienen más predisposición a tener anorexia.
Un comportamiento de purga también puede ser síntoma de anorexia. Por ejemplo alguien que pasa días y semanas sin comer y después come de todo y busca un método de compensación como tomar muchos laxantes o vomitar. La persona se siente muy culpable por haber comido y por eso acude a los métodos compensatorios. Otros métodos son: cortarse y ver correr la sangre, golpearse contra las paredes, tirarse del pelo, etc. Las anoréxicas tienden a tener una baja autoestima y la imagen distorsionadas de ellas mismas. Sienten que no valen nada y que no tienen esperanzas.

Síntomas

1 Pensamientos obsesivos sobre el peso, la forma del cuerpo y la ingesta de calorías
2 Comportamiento de purga: vómitos autoinducidos, abuso de laxantes o diuréticos o exceso de ejercicio.
3 Sentimientos de extrema culpa o vergüenza. Estos sentimientos rondan siempre el área de la comida y del peso o de la forma del cuerpo o la cantidad de calorías consumidas
4 Constante consulta con la balanza, comportamientos al estilo de rituales como pesarse tres veces por día.
5 Sentirse gorda o verse gorda aun cuando está desnutrida
6 Las anoréxicas ven la grasa que no existe porque tienen una visión distorsionada de su propio cuerpo
7 Amenorrea: perdida del periodo menstrual
8 Escapar a las comidas aunque estén hambrientas, restringir calorías aunque se estén muriendo de hambre
9 Las anoréxicas se niegan la comida porque creen que las hará gordas
10 Crecimiento de un cabello fino en todas las partes del cuerpo (pelo de bebé). Esto lo hace el cuerpo para protegerse del frío constante por la falta de calor en el cuerpo (que lo traen las calorías de la comida).
11 Intolerancia al frío
12 Fatiga y desmayos, acompañados de sentimiento de "estoy perdida"
13 Irregularidades en el corazón
14 Irregularidades causadas por la malnutrición
15 Contracturas y calambres en los músculos
16 Tendencia a aislarse: el aislamiento es una de las características más vistas en las anoréxicas. Tienden a alejarse de la familia y los amigos por miedo a ser alimentadas.
17 Comportamiento extraño con la comida: cortarla en pequeños trozos o esconderla y luego tirarla
18 empujar la comida a los lados del plato para que parezca que comió más
19 El abuso prolongado de estos comportamientos puede causar infertilidad (consecuencia de la amenorrea).
20 Dolores en el pecho, cabeza y garganta.

Así de glamoroso es ser anoréxico. Todo esto y mucho más por la escabrosa suma de: no comer nunca más. Siempre creí que tenía todo controlado. Hablaba como si supiera desde hacía muchísimo tiempo lo que me estaba pasando. Lo cierto es que era novata pero mi hambre de información me había enterado de muchísimas cosas que necesitaba transmitirle a mis colegas (es decir, al resto del mundo que sufría hambre y visitaba mi página.
Cuando digo “resto del mundo” no estoy exagerando: recibía emails desde Estados Unidos (mayormente), España, México, Perú, Australia, Nueva Zelanda, Alemania y obviamente Argentina. En España y Estados Unidos los medios ya estaban revoloteados con este tema: cuando creé mecomoami estaban en pleno auge. Por eso la mayoría de las páginas españolas y americanas habían desaparecido: acudían a mecomoami como si no hubiera otra opción, ansiosas por ser escuchadas y con suerte comprendidas.
A su vez, creé un grupo donde las visitantes de mecomoami podían intercambiar mensajes entre ellas. El grupo, con el mismo nombre que la página, también tuvo que ser trasladado varias veces porque Yahoo seguía cerrándome las puertas de su reino en el ciberespacio. Al parecer, no les gustaba la princesa que era.
Princesa: así les llaman en España a las anoréxicas. Lo supe meses después de haber creado mecomoami. Irónicamente en aquella época solía salir a la calle con una corona de strass… una macabra coincidencia. Yo era una princesa, sí. Eso sentía: era delicada, inteligente y frágil. Demasiado quizás. A veces hasta me olvidaba de las dos leyes que yo misma había inventado. Les aconsejaba a las chicas que me pedían ayuda que comieran más de lo que yo comía: necesitaba sentirme fuerte, pero no lo estaba. Era débil, estaba muriéndome.
Pronto la universidad se volvió nula y lo único que quería era irme a vivir sola a un departamento para poder verlo a Alejandro. Mi vida era esa: llegar de la UCA, decir que ya había comido, encerrarme en mi habitación, leer emails de anoréxicas desperdigadas por el mundo, darles consejos online, charlar con algunas e irme a dormir sin cenar, ni estudiar, ni hablar con mis padres. Intentaba evitarlos más de lo que intentaba no comer. No quería hacerles mal, no quería que se dieran cuenta de que me estaba haciendo mal. Por supuesto, en aquel momento no entendía la magnitud de mis problemas; ni siquiera entendía a la anorexia como un problema, lo cual acrecentaba el riesgo de una pena eterna. Si seguía adelgazando iban a poder enterrarme dentro de una caja de fósforos. De diez fósforos.